Los andaluces siguen preocupados por el cambio climático, pero ya no tanto como antes
Desde Manuel Mingorance Mingorance Business Lawyers, hemos abordado muchas cuestiones relacionadas con el impulso empresarial y económico en general. Por ello, nos satisface haber tenido la oportunidad de estar presente en el acto del informe sobre la percepción social de la transición ecológica en Andalucía 2025.
Una iniciativa impulsada por la Fundación Moeve y que ha contado con la bienvenida de Maria Teresa Mañueco Pfeiffer, directora general de la citada fundación. Y la presencia institucional de la Junta de Andalucía, con la participación de Cristóbal Sánchez Morales, viceconsejero de Consejería de Industria, Energía y Minas y Maria López Sanchísís, secretaria general de Sostenibilidad.
Por su parte, Anabel Suso Araico de la consultora Red2Red, ha dado a conocer los principales resultados del 4º estudio sobre la percepción de la transición ecológica en Andalucía. Que ha sido implementado por el Observatorio de Transición Justa (OTJ), que ha ofrecido un diagnóstico riguroso sobre cómo se perciben los retos climáticos desde la realidad social en Andalucía.
Esta convocatoria ha contado con una mesa redonda en torno a los resultados del estudio, moderada por Rafa Posadas Palomo, periodista de Canal Sur, con la participación de José María Montero Sandoval, director de «Espacio Protegido» en Canal Sur; Manuel Hidalgo, profesor de Economía Aplicada en la Universidad Pablo de Olavide, de Sevilla; y Xose Ramil Ferreiro, Coordinador de Fundaciones por el Clima en la Asociación Española de Fundaciones.

Según el informe que se ha presentado, la conciencia ambiental sigue siendo elevada en Andalucía, pero empieza a mostrar grietas. Por lo que muestra una realidad compleja. erando prioritario luchar contra el cambio climático, el entusiasmo se enfría. El 61 % de la población cree que debe ser una prioridad, ocho puntos menos que en 2022. Además, solo el 78,4 % afirma creer con total seguridad en el cambio climático, frente al 85,5 % de hace tres años. El estudio apunta también a diferencias de género significativas: las mujeres muestran mayor preocupación y certeza que los hombres frente a la emergencia climática.
Esperanza, interés y responsabilidad: el cambio de tono emocional
Uno de los datos más llamativos del estudio es el cambio en el tono emocional con que la sociedad andaluza percibe la transición ecológica. Por primera vez, predominan las emociones positivas. La esperanza (25 %), el interés (23 %) y la responsabilidad (17 %) superan a la desconfianza o la impotencia que dominaban hace unos años. El 46 % de la población dice entender el término “transición ecológica”, lo que refleja una mayor familiaridad con el concepto. Y en cuanto a sus beneficios, siete de cada diez andaluces creen que contribuirá a reducir la contaminación, mientras que un 64 % considera que mejorará la salud.
Impacto socioeconómico: entre la esperanza y la cautela
El informe subraya un equilibrio entre optimismo y prudencia en el terreno económico.
Más de la mitad de los encuestados (51 %) cree que la transición generará empleo, aunque un 41 % teme que también pueda provocar pérdidas laborales. Entre las personas ocupadas, el 22 % considera que su trabajo podría verse afectado por los cambios productivos asociados al proceso. A pesar de que el 48 % anticipa posibles tensiones sociales, la comunidad andaluza se destaca por su demanda de mayor participación ciudadana (55 %), un porcentaje superior a la media nacional.
Hábitos sostenibles y movilidad: avances lentos, pero visibles
El compromiso ambiental en el día a día se mantiene en niveles moderados. El 67 % de los andaluces recicla habitualmente, pero otras prácticas sostenibles no superan el 30 %.
El uso del coche privado sigue siendo mayoritario (52 %), y la presencia de vehículos eléctricos aún es testimonial (3 %). Aun así, crece su percepción como alternativa ecológica (58 %), aunque persisten las barreras del precio, la autonomía y la falta de puntos de recarga. En cuanto a políticas públicas, la ciudadanía muestra una clara preferencia por los incentivos frente a los castigos. El 81 % apoya facilitar proyectos ecológicos, el 79 % respalda motivar a las empresas sostenibles, pero solo el 39 % está a favor de impuestos ambientales.
Tres perfiles ante la transición verde
El estudio identifica tres grandes perfiles sociales en Andalucía: comprometidos (49 %): personas con alta conciencia y disposición a actuar; escépticos (37 %): apoyan el cambio, pero solo si no implica costes personales; e inmovilistas (14 %): muestran mayor rechazo y baja implicación. Estos grupos ilustran una sociedad que avanza, pero con ritmos desiguales y percepciones distintas sobre cómo debe ser una transición ecológica justa.

“Hay señales de desafección que debemos atender”
Anabel Suso, coordinadora del informe y directora de Innovación de Políticas Públicas en Red2Red, advierte que los datos reflejan una “sociedad que mantiene un alto nivel de conciencia climática, pero muestra señales de desafección que debemos atender”. A su juicio, “la percepción de que la transición puede ser una oportunidad está presente, pero solo si es justa, cercana y adaptada a las condiciones reales de la ciudadanía”.
Por su parte, Teresa Mañueco, directora de la Fundación Moeve, considera que “Andalucía ofrece un escenario lleno de posibilidades para avanzar hacia una transición ecológica justa”. El estudio, añadió, “ayuda a entender cómo se sienten las personas ante estos cambios y qué barreras deben derribarse para que nadie se quede atrás en el camino hacia un futuro más sostenible”.
INFORME 2025 PERCEPCIÓN SOCIAL SOBRE LA TRANSICIÓN ECOLÓGICA EN ESPAÑA:
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